¿Qué lo provoca?
La obesidad predispone a la diabetes tipo 2, hipertensión resistencia a la insulina, apnea del sueño, arteriosclerosis, artrosis en articulaciones sobre todo en rodillas, y puede tener consecuencias graves , incapacitantes.
¿Cómo abordarla?
Dado que la obesidad se produce cuando hay un desequilibrio entre la ingesta y el gasto energético, todo lo que promueve el mantener ese equilibrio va a disminuir la prevalencia o desarrollo de obesidad.
Entonces, debemos lograr…
Control de las señales de saciedad, evitar el almacenamiento de grasa hepática y del tejido adiposo y mejorar el gasto energético.
Sabemos que la obesidad se considera un estado inflamatorio crónico de bajo grado, y eso favorece el desarrollo de patologías múltiples como las ya mencionadas. Por tanto, si frenamos y modulamos el desarrollo de la inflamación en obesidad podremos prevenir, y tratar el desarrollo de las patologías asociadas.
Conclusión y recomendaciones
La obesidad está asociada con un riesgo alto de patología inflamatoria, que contribuye al desarrollo de entidades como diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, aterosclerosis, osteoartrosis y otras patologías que perpetúan el ciclo proinflamatorio.
La nutrición es un factor medioambiental a mediano y largo plazo, para favorecer o prevenir el desarrollo de obesidad, y la suplementación hoy dia con biomoléculas como polifenoles, flavonoides y ácidos grasos del tipo de omegas, favorece la prevención y tratamiento de la inflamación de bajo grado, por mecanismos bien establecidos de disminuir la expresión de genes lipogénicos es decir que forman grasa.
Modular la producción de adipoquinas, incrementando las antiinflamatorias y disminuyendo las proinflamatorias, disminuye la insulinorresistencia, previene la alteración de la función secretora del tejido adiposo hígado y trabajo muscular.