¿Realmente previenen y son efectivos para el tratamiento de las enfermedades?
¿Alguna vez se ha preguntado qué se toma en cuenta para que los compuestos naturales tengan aroma, sabor y color de las verduras y frutas? La respuesta es:
Flavonoides. El interés de la población por los flavonoides ha ido en aumento debido a la creciente reputación de sus compuestos antioxidantes que pueden tener funciones beneficiosas en la prevención de las enfermedades. El número de accesos a Google, relacionados con los flavonoides, es de 2.52 millones y en PubliMed, -una base de datos en línea solo para investigación médica- existen más de 24,000 publicaciones originales sobre los flavonoides.
Los flavonoides son una gran familia de compuestos fenólicos sintetizados por las plantas como pigmentos con varios fines: Atraer a los polinizadores, repeler plagas y proteger a las células de las plantas, tanto de la radiación ultravioleta, como de la producción interna de especies reactivas del oxígeno durante la fotosíntesis. Como grupo, los flavonoides son la clase de fitoquímicos que más se asocia con valores de antioxidantes en los alimentos vegetales. Científicos de la salud creen que las personas obtienen algunos de estos beneficios al consumir alimentos de origen vegetal, ricos en flavonoides, un área de estudio constante. Las tendencias actuales de investigación de los flavonoides, indican que los científicos están descubriendo numerosos efectos potenciales para la salud, en los flavonoides asociados con las frutas y las dietas ricas en vegetales; incluso en personas sanas, pueden producir beneficios para el sistema cardiovascular, el cerebro, las articulaciones, la piel y el tracto urinario.
Muchos de los efectos biológicos de los flavonoides parecen prevenir de su capacidad para modular la comunicación entre las células, además de su actividad antioxidante.
Los científicos están estudiando los flavonoides como modificadores de la respuesta biológica, un papel donde se puede alterar la respuesta del cuerpo anti virus, alergenos, bacterias, carcinógenos (agentes productores de cáncer), agentes antiinflamatorios y los radicales de oxígeno. La ingesta de flavonoides puede ayudar a prevenir el cáncer en los seres humanos. El consumo de flavonoides puede reducir el riesgo de las enfermedades neurovegetativas, como la enfermedad de Alzheimer o la enfermedad de Parkinson.
Existen 6 clases principales de flavonoides alimenticios, y aunque están relacionados por una misma estructura química común (anillo fenólico), hay por lo menos 4,000 variaciones en la estructura de flavonoides y por lo tanto más de 4,000 flavonoides individuales en el reino vegetal. Razón por la que es útil agrupar estos compuestos en 6 clases principales, teniendo cada uno de los miembros estructuras parecidas. Los nombres de las clases son similares debido a que las estructuras químicas están estrechamente relacionados:
- Antocianidinas, estructura madre de las antocianinas, las encontramos en bayas rojas, azules, púrpura y negras y en las uvas. Estàn presentes algunas en los vinos oscuros. Ejemplo de antocianidinas: cianidina, delfinidina, petunidina, peonidina, malvidina, pelargonidina.
- Flavanoles, se encuentran en el té negro y verde, bayas, chocolate negro. Estructuras simples (manómetros) son llamados catequinas, mientras las estructuras de unidades múltiples (polímeros), son llamados proantocianidinas, taninos, epigalocatequinas y teaflavinas. Puede contener subgrupos de ácido elágico y gálico. Esta clase también se nombra flavan-3-oles.
- Flavanonas: Característica de los cítricos (naranjas, pomelos, limones), los miembros de este grupo incluyen naringenina, silabina y hesperidina.
- Flavanoles: Se encuentran en todas las plantas con colores brillantes, como las bayas, la col rizada, el brócoli y los pimientos, en este grupo se incluyen quercetina, Kaempferol, miricetina, rutina e isorhamnetin.
- Flavonas: Apigenina y luteolina, se encuentran en hierbas, manzanilla y perejil, así como en las raíces como apio y rábanos.
- Isoflavona: Grupo de soja y sus derivados: Tofu, leche de soja.
- Los miembros de isoflavonas son la genisteìna y daidzeìna.
Los flavonoides han demostrado en tubos de ensayo (in vitro), ser eficaces eliminadores de radicales libres en el cuerpo humano. Sin embargo, las concentraciones en sangre y en el interior de las células, los flavonoides han sido inferiores que otros antioxidantes como Vitamina C, melatonina y glutatión. Esto se debe en parte, porque los flavonoides no se quedan en sangre o tejidos y son filtrados por los riñones en la orina para su excreción. Los científicos dicen que este aspecto hace que los flavonoides no sean muy biodisponibles. Además, se ha encontrado que la mayoría de flavonoides circulantes son realmente subestructuras flavonoides de la molécula original que se degrada por los ácidos del estómago y el metabolismo.
Naturalmente, algunas de estas nuevas moléculas flavonoides más pequeñas, tienen menor actividad antioxidante que la molécula madre.
COMENTARIO DE PHARMALAT: Esto se refiere a los flavonoides adquiridos por la dieta diaria, razón por la que es necesario tomar un complemento rico en flavonoides ya que la dieta no es suficiente. El complemento ideal, además debería ser microencapsulado para evitar la degradación del ácido gástrico y pueda ser absorbido integralmente con todas su propiedades.
Los flavonoides afectan la comunicación entre las células. Aunque inicialmente se pensó que la función biológica principal de los flavonoides era antioxidante, la nueva evidencia científica de la investigación de cultivo celular, indica que los flavonoides pueden modificar la actividad de señalización entre las células. Las concentraciones de flavonoides necesarios para cambiar las vías de señalización celular son considerablemente inferiores a los requeridos para cumplir diversas funciones antioxidantes.
Los cambios de célula a célula se deben a la capacidad de señalización que requieren enzimas conocidas como quinasas que sensibilizan a proteínas diana (receptores) en la célula receptora.
Experimentos con cultivos celulares reportan que los flavonoides pueden tener efecto sobre las enfermedades crónicas por acción selectiva de las quinasas, lo que significa que los flavonoides pueden alterar la sensibilidad del receptor en ciertas enfermedades, tales como el cáncer a través de los siguientes mecanismos:
- Las células cancerosas dependen de estímulos de crecimiento para ampliarse y difundirse. Los flavonoides pueden inhibir la comunicación y señales de una célula a otra, impidiendo este crecimiento.
- Las células cancerosas proliferan rápidamente y pierden su capacidad para someterse a las señales normales que le impiden apoptosis (muerte celular); los flavonoides pueden inhibir el proceso de proliferación y estimular la apoptosis.
- Las células cancerosas invaden tejido normal, con la ayuda de enzimas llamadas metaloproteinasas, los flavonoides bloquean las actividades de estas enzimas que contienen metales.
- Los tumores invasivos también deben desarrollar nuevos vasos sanguíneos por un proceso conocido como angiogénesis para apoyar su rápido crecimiento, los flavonoides inhiben la angiogénesis.
- El crecimiento del tumor puede depender de los mecanismos de los mediadores de la inflamación para crecer proliferar y resistir la apoptosis; es bien reconocida la actividad antiinflamatoria de los flavonoides. Las investigaciones en curso revelan características adicionales de la biología de los flavonoides en la salud y la enfermedad.
Autor: Dr. Paúl Gross.
Referencias: Centro de información sobre Micronutrientes, Instituto Lius Pauling, Universidad Estatal de Oregón. Departamento de Agricultura de USA, Laboratorio de Datos y Nutrientes.
COMENTARIO PHARMALAT: Todo parece indicar que el secreto para tener salud o tratar una enfermedad como el cáncer es consumir flavonoides, sin embargo es muy difícil con el ritmo de la vida actual que alguien se dedique a llevar una dieta estricta y rica de flavonoides. La solución podría estar en encontrar el producto idóneo con una combinación de flavonoides conjugados, minerales y aminoácidos que nos proporcione las cantidades de flavonoides que necesitamos para tratar o prevenir el cáncer; que la asociación del grupo de flavonoides escogidos se potencialicen a través de su sinergismo y no interfieran con los tratamientos tradicionales conocidos.